Pues he vuelto para desahogarme,
para evitar
suicidarme,
porque con vosotros
quiero sincerarme
sin que penséis que
con esto pretendo engalanarme.
“Hacer el ridículo es
lo único que consigo
porque lo único a lo
que opto es a ser tu amigo;
ya lo tengo asumido,
nunca conseguiré envejecer contigo,
mas por intentarlo
que no sea, pues enamorado sigo.”
Esa fue mi última y
lastimera reflexión
del por qué te había
entregado mi corazón,
pero al instante
entré en razón
y en mi mente
apareció mi verdadera opinión.
“Te quiero dar las
gracias por todos esos sentimientos;
porque me hiciste
sacar algunos de mis talentos;
por todos y cada uno
de nuestros momentos;
y por esos sucios,
pero perfectos pensamientos.”
Para ella no tengo
más que amabilidad,
pero podría haberme
prestado un poco de piedad
porque veía que con
sus besos me daba la inmortalidad,
y luego me la quitaba
con cualquier soez crueldad.
Con esto solo lograba
hacerme sufrir;
porque sabía que sin
ella yo no podía vivir,
hasta el punto de por
sus besos hacerme competir,
y como buen
enamorado, yo todo admitir.
Pero todo eso se ha
acabado, ha terminado;
me prometió una
sorpresa, pero no me la ha dado;
antes no podía estar
sin ella, pero he cambiado, me he acostumbrado:
más que nada por no
sufrir, ya de ella me he olvidado.
Con todo esto, el
pasado no puedo borrar,
y mi recuerdo sobre
ella nunca llegaré a olvidar,
procuraré su rostro y
sonrisa en mi mente guardar,
puesto que mi vida
entera ha logrado marcar.
Quiero con esto hacer
una despedida,
y admitir que ella ha
llegado a ser mi vida,
por eso mi persona le
está muy agradecida,
pero es hora de
volver a empezar, querida.
“Tras la tormenta queda
reinventar el mundo, aunque haya quien no quiera levantar otro espejismo.”
El espejismo – Nach Scratch,
Ismael Serrano
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