lunes, 11 de marzo de 2013

Esto ocurrió en dos o tres semanas.

Estoy hasta los huevos, joder,
de que en todo el día de mi mente no te pueda extraer,
de que mi amor por ti nunca pare de crecer,
de que cuándo estoy contigo me bloquee y no sepa qué hacer.

Desde hace poco estoy lleno de preocupación,
y es que dos semanas atrás me dio un bajón;
fue por tu culpa, tú me pusiste un escalón,
caí mal, y me jodiste desde el alma hasta el corazón.

No sé por qué decidiste cambiar
si antes eras perfecta, y aún más lo tuviste que perfeccionar;
ahora no me haces otra cosa que no sea insultar o despreciar
cuando antes no te hartabas de mi mano acariciar y mi mejilla besar.

Aunque confieso que en ocasiones haces excepciones
y con un abrazo me permites juntar nuestros corazones,
aún sabiendo que por el mío no darías ni dos doblones,
mas yo por el tuyo... Infinitas razones.

Debo confesarte que estoy muy impresionado,
y prefiero esto a tener el corazón pisado:
voy a darte una razón, espero no habérmela inventado,
un destello de amor en tus ojos al mirarme parecí haber apreciado.

Espera, he decidido hacer de esto un confesionario,
así que, lo primero, agradecerte haber aparecido en mi diario,
y quiero que sepas que estás marcada en todos los días de mi calendario,
y si alguien me quita alguno haré de su vida un calvario.

Ya no sé cómo decirte que eres mi razón de existir,
porque sí es verdad que tuve momentos con ganas de morir;
pero lo que no entiendo es por qué no lo quieres asumir:
te quiero, TE QUIERO, y las veces que hagan falta lo voy a repetir

No intento enfadarte, pero te diré algo de todas maneras,
y es que me alegro de que ya vuelvas a ser la que eras:
ya me abrazas, mimas, besas, acaricias, y mi mano pintas con ceras;
gracias a esto ya duermo, ya se me han quitado las ojeras.



"Existir es sentir, aquí sentir es escribir."
Nach Scratch.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario